Hola

Amado(a) Hermano(a):

Te damos la bienvenida a la gran familia de Dios. Nos alegra profundamente tu decisión de recibir a Cristo Jesús como tu único Señor y Salvador. A partir de hoy, has sido trasladado de las tinieblas a su luz admirable (1 Pedro 2:9), por el poder salvador del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

El mensaje que has escuchado y que ha tocado tu corazón es la obra del Espíritu Santo, quien te ha mostrado tu condición interna y tu profunda necesidad de una relación personal con Dios (Juan 16:8). Dios es el único capaz de transformar tu vida a partir de este momento; una nueva vida te espera (2 Corintios 5:17), llena de experiencias espirituales, alegría, paz y gozo en el Señor.

Sin embargo, también enfrentarás batallas y desafíos que quizás no habías experimentado antes. Es posible que enfrentes momentos de rechazo o desprecio, pero ten valor, porque Dios está contigo (Juan 16:33). Él te sostendrá como un padre que toma la mano de su hijo, hablándote al corazón para consolarte y animarte en los momentos difíciles (2 Corintios 1:3-4).

Hoy, eres parte de la gran familia de Dios. Has ganado numerosos hermanos y hermanas con quienes podrás compartir, y quienes sin duda te brindarán su amistad, ya que el amor de Dios ha sido derramado en sus corazones (Romanos 5:5). Ellos te comprenderán y te ofrecerán palabras y consejos sabios.

Es fundamental que te congregues y asistas a una iglesia cristiana para recibir la instrucción de la Palabra de Dios. Esto constituirá el alimento esencial para tu vida espiritual, una Palabra que te permitirá crecer y disfrutar de tu nueva vida en Cristo Jesús (1 Pedro 2:2).

Te amamos en Cristo Jesús.

Dr. Otto René Azurdia
Pastor y Apóstol